2 de febrero de 2012

Un pequeño huerto

Para empezar con estas pequeñas cosas asombrosas, nada mejor que una vivencia personal. Y es que me gusta enseñar a mi hija el funcionamiento de las cosas, en especial de la Naturaleza: cómo crecen las plantas, el ciclo del agua, la reacción que tienen algunos animales y plantas ante los cambios estacionales... por eso decidí que descubriera cómo de una pequeña semilla puede surgir una planta que, con sus cuidados, daría frutos. A Lucía (que así se llama mi princesa y tiene sólo cinco años) la idea le pareció genial! Así que nos pusimos manos a la obra.

Primero secamos nuestras semillas de pimiento, que sacamos de algunos pimientos que teníamos en casa. Costó esperar a que llegara el mes de Febrero para sembrarlas, pues ella estaba muy impaciente por plantarlas y que creciera la planta rápido, pero tuvo que aprender a esperar y saber que en la naturaleza las cosas no van tan deprisa como ella quisiera (algo muyyyyyyyyyyy duro! jejejeje).

Como no disponemos de tanto espacio como para plantar un huerto, decidimos plantar nuestras semillas en maceta, con lo que los pimientos no crecerían mucho, pero nos servirían enseñándonos la sabiduría de la Madre Naturaleza. De este modo surgieron estas matas de pimiento que ya han dado frutos y parece que vienen más!


Nuestras matas de pimiento




La flor del pimiento



Lucía se esmeró muchísimo en el cuidado de las plantas y aún sigue haciéndolo, pues tenemos unas cuantas flores más y tres pimientos nuevos están saliendo.




Algunos pimientos ya están saliendo.




Y hay alguno ya crecidito!







Viendo este pimiento así, cualquiera diría que me cabe en la mano... y me sobra...



Y aquí tenemos al campeón... El primero que recolectamos!


Es una experiencia que me ha encantado vivir con mi hija y espero poder compartir muchísimas más.


Nos vemos pronto!

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